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Web simplificada del poyecto «reestetica»

 

Proyecto Reestetica by Artssassin ® 




Re-Estética: el retorno a la estética infernal 

Una Estética de la Temperatura o la ignición de la Estética Ascética 

 

En un principio fue la palabra y se puso el énfasis en la creación poética de conceptos que permitieran hablar de este retorno a la estética [que denomino] infernal.

 

«Estética» deriva de «Aesthesis», que significa originariamente en griego «recepción sensorial», es decir, la sensación de lo sensitivo, y «aesthetica», aquello que puede percibirse por los sentidos. Es decir, es aquella percepción de lo más bajo según las teorías filosóficas griegas principales, especialmente la platónica. El significado de «Estética» ha ido evolucionando a lo largo de siglos, hasta elevarse a lo más intelectual, y acabar siendo prácticamente equivalente a la Teoría del Arte, y tratar actualmente de un arte que es en ocasiones meramente conceptual, ni siquiera apreciable sensorialmente.

 

Re-Estética es un proyecto artístico que propone el retorno al viejo y original significado, haciendo especial hincapié en la percepción del influjo térmico, tanto en exceso como por defecto, para reflexionar acerca del impacto que implica para la Humanidad, el calentamiento global que acecha, y la más inmediata amenaza del invierno más frío en décadas en los hogares de Europa, por falta de fuentes de energía, que desde la revolución industrial de los combustibles fósiles y la electricidad, calentaron artificialmente los hogares, permitiendo un nivel de confort excepcional, que quizás la Humanidad no pueda —ni deba— permitirse nunca más. 

 

Se trata de revalorizar, desde la Re-Estética, la sensación primordial de los más bajos infiernos inmanentes, resaltando el aspecto de la sensación térmica humana en un mundo donde el calentamiento global se va intensificando. Y más ahora, de un modo acelerado, cuando muchos países típicamente desarrollados, pero fríos y dependientes del combustible de otras áreas geográficas –muchas veces menos desarrolladas–, pueden llegar a pasar inviernos muy duros por la falta de aprovisionamiento de combustibles fósiles. 

 

Esta situación, que ha sobrevenido tan de repente, y el futuro que nos espera en unas décadas —por el calentamiento global—, nos sugieren que habrá que irse acostumbrando a sufrir cada vez más, y a poner el foco de la atención en los termómetros y en la piel, teniendo que repensar la cuestión de la sensación térmica sobre los humanos, ya sea en forma de acostumbrarse a sufrir calor o acostumbrarse a sufrir frío. O dicho de otra forma, habrá que desacostumbrarse al óptimo confort de pretender adaptar la temperatura del ambiente –o por lo menos habrá que limitar esta adaptación y climatización que logramos generar, evitando solo los casos más extremos. 

 

Gracias al invento del aire acondicionado y al acceso asequible a un calentamiento artificial de los hogares desde la aparición de los combustibles fósiles, las sociedades más avanzadas económicamente se habían acostumbrado a generar un (¿excesivo?) confort artificial respecto a las temperaturas naturales, que puede desaparecer de repente por cortes de suministro, ahora que existen graves tensiones geopolíticas, que han acaecido a raíz del conflicto de Ucrania–Rusia, sin perjuicio que esta necesidad de reencuentro con la temperatura “natural” (pero ántropo-alterada), tiene que ser una tendencia inevitable, si se quiere evitar la aceleración del cambio climático que causare una temperatura en promedio más caliente. Si acaso, el conflicto bélico lo que ha hecho es acelerar lo que tarde o temprano debíamos aceptar que ocurriera. Solo que lo ha precipitado todo tanto, que no ha habido tiempo material de preparación para prevenir (por lo menos) los excesos de frío, que puedan resultar mortales (si no por frío, por cortes en el suministro eléctrico y la paralización de múltiples sectores y actividades económicas). Habrá momentos en que la noche se volverá negra repentinamente en nuestros otrora siempre iluminados hogares, interrumpiendo la lectura nocturna o el uso de computadoras, y quizás deberemos aprender a convivir con la intermitencia constante de luz y oscuridad durante las noches, dependiendo de si sopla o no el viento. Porque peor lo pasaban nuestros antepasados, cuando la constante era la negritud total de la noche. 

 

Se trata de un proyecto artístico que parte de una investigación teórica –tanto de literatura artística como de otras disciplinas académicas– y que se proyecta en distintos tipos de obras y disciplinas artísticas, desde el arte conceptual, el arte objetual, la IART, la pintura, el cryptoarte e instalación, siempre de la mano y en colaboración con otros artistas. Al fin y al cabo, se trata de discutir desde multiples perspectivas y disciplinas acerca de los límites ideales y tolerables del confort. El retorno a una Estética infernal es indisociable de la "insociable sociabilidad" humana (la «ungesellige Geselligkeit» kantiana), como la de tantos mamíferos, tales como los puercoespines, que de acuerdo con la célebre fábula que recordaba Schopenhauer, se encuentran ante la disyuntiva de darse calor entre ellos cuando es invierno, aunque se pinchen uno al otro por la proximidad, o morir, y que tiene como moraleja que hay que aprender a convivir con las pequeñas heridas que la relación con una persona muy cercana puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro para poder sobrevivir. ¡Cómo vivir juntos! Esa es la cuestión.  

 

Algunas de estas obras más conceptuales ya se han realizado, como por ejemplo un Real Decreto Ley de ficción por el cual se regulaba un nuevo impuesto sobre el exceso de temperatura en invierno, y el exceso de climatización en verano, mediante el cual, las autoridades, establecerían termostatos “oficiales” en distintas habitaciones de las viviendas y oficinas. Se aplicaría una tasa automáticamente cuando la temperatura se desviara en exceso del ambiente exterior –por lo menos más de lo estrictamente necesario para evitar complicaciones de salud. Cuando el exceso de temperatura sobre lo estrictamente necesario fuera leve, sin sobrepasar zonas de confortabilidad razonables –dado el escenario de escasez general de combustibles–, la tasa sería reducida: simplemente se pagaría en concepto de confortabilidad un precio elevado, según el deseo de cada familia o centro de trabajo, de disponer de un mayor confort respecto lo que es vital. Pero a partir de ciertos grados de exceso y capricho irracional, el impuesto devendría sanción, pudiendo, en caso de reiteración, derivar penalmente, cuando alguien pretendiera una búsqueda desmesurada de sensación de confort. Por ejemplo, cuando la temperatura excediera los 22 grados en invierno mediante la ayuda de sistemas de calefacción, se consideraría ya que es hybris. Y eso implica muerte de otros cuando estamos en una situación de escasez absoluta. Es una especie de gula de la temperatura. Evidentemente, la tasa sería ponderada por los metros cuadrados de la instalación, pagando mucho más aquellas instalaciones más grandes (por lo menos si hablamos de viviendas –y no de oficinas o centros comerciales). E incluso se podría ponderar la sanción en casos muy elevados de exceso de temperatura, según el nivel de renta. 

 

Otra obra conceptual en esta línea ética/política, es la orden de movilización de toda la población inactiva que no tenga responsabilidad de cuidados (de nietos, hijos, etc.), a otras zonas más cálidas durante el invierno, de manera que sería forzar una migración temporal desde países como Alemania, a otros más cálidos, como España, Italia o Grecia. Se trata de una orden de movilización que tiene un componente de incentivo cuando se obedece, y otro componente de sanción, cuando no: de manera que unos financian a otros. 

 

El plan es hacer copias de estas leyes, órdenes y decretos, que sean impresas y originales, y expandir la manifestación de estas ideas de «Re-estética» en múltiples formatos y materiales (lo que denomino poliexpresionismo), elaborar objetos (o readymades), representaciones pictóricas de esta nueva recepción sensitiva de la temperatura, instalaciones que permitan probar distintos grados de sensaciones termales, y elaborar un libro de artista acerca de los resultados de la investigación artística y teórica, que sea también un catálogo de la colección. 

 

Un libro que no podrá evitar tratar este asunto también desde la Estética teórica, porque hay que justificar y explicar este retorno al sentido originario de la Estética y a la «aesthesis», en cuanto que aprensión de lo sensible y apreciación sensorial, siendo la temperatura uno de los fenómenos más primordiales para la Humanidad. Muchos filósofos (no escapo de esta tendencia) han elevado la consideración de la Estética a un nivel cada vez más conceptual e intelectual, que proporcionaba una elevación del arte y la Estética, a teoría de la Estética. Pero estética propiamente es fruto de la «aesthesis» y eso originariamente significa simplemente la percepción sensible. Hoy, por imperativo material, nos vemos obligados a volver a percibir la relevancia de la sensibilidad ordinaria, al no poder escapar de la incomodidad que generan unas muy elevadas o muy reducidas temperaturas. Un choque que es más insoportable tras habernos acostumbrado culturalmente a un confort artificial gracias a las tecnologías de la climatización. Es como si a los europeos (especialmente) se les hubiera quitado de golpe un caramelo de la boca, y ahora toca re-descender a los infiernos, allí donde reina el frío y el calor, pero no lo templado. Pero a esta falta de climatización podremos (y deberemos) adaptarnos, porque o nos adaptamos a un nuevo ambiente, o nos espera al fin del mundo —que es peor. 

 





El retorno a la Estética más contemporánea y actual



El tema del proyecto, es a la vez clásico –que implica un retorno al significado original de etimología griega de «lo estético», en el sentido de «aesthesis»–, como extremadamente contemporáneo: de hecho, es lo más acuciante y urgentemente actual, como son los efectos de la invasión de Putin contra Ucrania, que han supuesto una amenaza inminente de falta extrema de energía en Europa, cuando se escribe esto en septiembre de 2022, con potenciales efectos devastadores sobre la población europea durante el invierno (y sobre la economía, con efectos permanentes a largo plazo). 

 

Y también es contemporáneo en cuanto a que, si bien la guerra de Ucrania y Rusia ha acelerado este retorno hacia una estética primordial de la temperatura, el cambio climático y el calentamiento global, tarde o temprano, habrían acabado forzando un replanteamiento de la experiencia sensorial de la temperatura, condicionando la experiencia térmica normalizada. 

 






El umbral como distancia entre centro y el abismo 

 

El umbral es esa distancia que hay entre lo óptimo y la muerte, entre lo que no es ideal, pero que es suficiente, la distancia entre un centro sentido (subjetivo) y los abismos más temidos, que no son visibles, pero que son muy temibles, porque cuando uno se asoma, acaban en la muerte objetiva. 






Reestética Empírica

 

La «Re-Estética empírica» es un proyecto de validación científica de un proyecto originariamente artístico y poético, que propone  el retorno a una estética primordial, que vuelva a los sentidos, en  consonancia con el significado original de «aesthesis» en griego, aunque solo fuera  imaginariamente para repensar la cuestión de la sensación térmica, ya fuera por el inevitable cambio climático más a largo plazo, o por la eventual crisis energética en Europa, que puede ser inminente. De esta manera, aunque fuera por necesidad, la Re-Estética podría implicar un retorno a una estética infernal, tanto por un exceso de calor o de frío, ante un poder de climatización menguante. Se trata precisamente de explorar los límites corporales de la temperatura, la subjetividad de los puntos óptimos de confort, así como los límites que la sociedad está dispuesta a tolerar, ya sea por necesidad inminente e inevitable, como por sensibilidad ecológica. Una exploración que se pretende que vaya alcanzando cada vez capas más profundas de realidad, desde la poética artística, a la validación científica, validación empírico-social, y finalmente, implementación política (el paso que se inicia con el proyecto la «Reestética Política»). 



The «Empirical Re-Aesthetics» is a project targeting the scientific validation of a primarily  artistic and poetic project, which proposes the return to a primordial Aesthetics. This would mean a comeback to the senses, in accordance with the original meaning of «aesthesis» in Greek. Firstly only in the imagination, giving the chance to rethink the question of the thermal sensation, either because of the inevitable global warming (in the longer term), or because of the eventual energy crisis in Europe during the 2022 winter. Re-Aesthetics could imply a return to a real infernal aesthetics, either by an excess of heat or cold. The «Empirical Re-Aesthetics» aims to explore the body limits of temperature, the subjectivity of the optimal comfort points, and the limits that the society is willing to tolerate… either by imminent and inevitable necessity, or by environmental consciousness. An exploration which is intended to reach deeper and deeper layers of reality, from the original «poiesis» to scientific validation, empirical-social validation, and at the end, to political implementation.




Reestética Política



Reestética Política: presentación



Este proyecto es una prolongación o continuación de un proyecto original denominado Re-estética y de otro derivado del primero, que se denomina «Reestética Empírica» (recién seleccionado como proyecto en Matadero Madrid). 

 

Tras un primer planteamiento teórico y poético, y su posterior validación científica mínima (en lo que consisten los dos proyectos previos, respectivamente), este proyecto se propone una validación (participación) política social mínima del mismo.

 

El proyecto consiste (a falta de una retroalimentación –porque la flexibilidad y participación de otras personas es, no solo bienvenida, sino necesaria), en un diálogo, la confección de un manifiesto conjunto (entre los participantes que lo deseen) sobre la Re-estética–, y finalmente, lograr una especie de «rollo de compromiso», donde las personas comprometidas con la sostenibilidad del planeta, conscientes de lo que significa una nueva estética de la piel y del tacto, y con el retorno a la sensibilidad inmediata (sin mediar) de la Estética, y con la reflexión acerca de la temperatura óptima (objetivamente y no subjetivamente: en una distinción que hago entre óptimo etic de temperatura y óptimos emic) y sostenible (“teniendo todo en cuenta”), puedan firmar con la palma de sus manos, y comprometerse simbólicamente con la madre Tierra en plena consciencia de su sensibilidad y de su participación en la naturaleza. 

 

 



Reestética Política: Objetivos

 

El entorno tan complejo como el actual en el cual estamos inmersos, en medio de un conflicto que tiene potencial de escalar internacionalmente y de generar incluso una tercera guerra mundial, que podría ser nuclear y devastadora para la humanidad, está dirigiendo el foco en el aspecto geopolítico del abastecimiento de la energía básica, incluso para regular algo que dábamos por básico, como es la aclimatación de la temperatura… esto obliga a cuestionarnos nuestra relación con aquellas sensaciones que consideramos óptimas en relación a la temperatura, y cuáles son esos umbrales realmente necesarios para la pervivencia. 

 

Este proyecto precisamente se propone anticipar y ampliar la reflexión acerca de esta cuestión desde múltiples disciplinas y de un modo transversal a la sociedad, cuestionando no solo algunas ideas sensitivas que tenemos —como aquello que se considera el óptimo subjetivo de temperatura—, sino el privilegio insostenible —objetiva y científicamente— de algunas pretensiones y aspiraciones de confortabilidad por parte del conjunto de la población. Pero también se trata de buscar mecanismos que garanticen una equidad y justicia en la aclimatización: una equidad y justicia de las temperaturas y de la confortabilidad en relación con la regulación artificial de las mismas, más especialmente en un entorno de escasez forzada y abruptamente acaecida, como ha ocurrido por culpa de la guerra de Rusia contra Ucrania. Aun así, no se trata de una reflexión puntual debida a una aparición de un problema repentino, sino que esta reflexión tiene que darse de todos modos, como anticipación del problema del calentamiento global, ante la insostenibilidad de nuestros modos de vida, que se manifiesta objetivamente mediante una huella ecológica muy por encima de la renovable. 

 

Hay que repensar y plantear nuevas formas, para que podamos convivir socialmente de un modo sostenible y compatible con la naturaleza, buscando alternativas para habitar el mundo de un modo distinto al que hemos ido construyendo los últimos siglos, y tratar de dar respuesta a nuevos malestares contemporáneos, siendo algunos todavía poco perceptibles –al acumularse sus efectos a lo largo de años y décadas, tal como ocurre con el calentamiento global–, y siendo otros malestares más notables –y que han aparecido fulgurantemente ante el agudizamiento de tensiones geopolíticas— que están generando una crisis energética y económica de una magnitud todavía imprevisible, y que están causando una elevada precariedad en forma de inflación, y que puede acrecentarse todavía más si se producen cortes de suministro forzados por incapacidad de abastecimiento de los flujos que nuestro modo de vivir, más o menos confortable, ha venido exigiendo los últimos años. 



Reestética Política: Metodología: «Rollo de Compromiso» por la Re-estética signado con palmas de la mano.  



El título entero es RE-ESTÉTICA POLÍTICA: «Yo me comprometo con mi palma de la mano por una nueva Estética de la piel y el tacto, por la sostenibilidad del planeta». 

 

Esto es porque, sucintamente, el método a seguir es escuchar, seguir escuchando, dialogar, mezclar lenguajes, materiales, formatos y medios, personas y abrir la obra a la participación del público. Pero al final se quiere plasmar todo este diálogo y participación pública en materiales que puedan perdurar (como el «manifiesto de la Re-estética» y el «rollo de compromiso»), porque estamos ante un cambio de paradigma de las temperaturas, que habrá que atestiguar históricamente. Por lo que, consecuentemente, tras leer literatura previa, conversar con expertos, pares y público… se pasará a una fase de cocreación de obra y de coparticipación con la «firma de palmas» en el «rollo de compromiso». Porque no hay compromiso si no atañe a lo social. 

 

La Reestética como medio de percepción estética de los espectros de Marx

Trazar límites en la temperatura es socialista. Incluso diría más: es comunista-marxista. Siempre que se cumplan algunas condiciones de equidad y de análisis científico de la sociedad. 

La optimización individual de la temperatura, que implica conformar un linde estrecho mediante una mera línea o punto, es una actuación consumista y capitalista [de libre mercado].

Desmarcarse de esta lógica mercantilista tratando de ampliar el límite —desde la línea a un intervalo más amplio— y trazar umbrales de temperatura tolerables, definidos por la necesidad —pero no por  una desmesurada e insostenible confortabilidad—, es la Re-estética: y esta dinámica resuena a un espectro comunista totalizador y totalitario —pero se trata de una intromisión del Estado quizás necesaria, por culpa de los excesos de la razón instrumental, que la lógica bélica si acaso ha acelerado y exacerbado. 

En definitiva, la Re-estética nos muestra el espectro de Marx, que nunca se puede dar por muerto, y cuando alguien para la atención con vistas al horizonte, lo presiente. 




Capitalismo, socialismo y límites



El capitalismo implica cercar limitando, es decir, delimitar, hasta llegar asintóticamente al punto indivisible que representa al individuo, mediante la transformación del mundo. Esa primera transformación implica el despliegue de la racionalidad inmediata e instrumental. 



El socialismo, por el contrario, trata de difuminar los lindes, revirtiendo y desfigurando los límites del capitalismo, con el objetivo de homogeneizar y ampliar la realidad artificialmente –hasta totalizar el mundo como asíntota oblicua. Esa segunda transformación poscapitalista es una racionalidad derivada de la abstracción.